Tinta de mi sangre

Viajar

Hoy quiero dar un giro y decir: "Bueno, rompo con la estructura." Porque hace tiempo no tengo nada para subir, nada que se adapte al programa que planeé para mi blog. Y como ando con ganas de escribir como si tuviera que hacer un speech para el colegio...

Me gusta viajar.El sentir que estoy sentada en algo que me transporta, sin necesidad de usar mis piernas -puede sonar un tanto perezoso, y sí, lo soy-; pero no me refiero al no hacer un esfuerzo, o al gastar calorías. Me refiero al ser transportada, a cierta altura del asfalto, tener un punto de vista superior a 1.60 mts. Me refiero al colectivo. A mí, Bárbara Musumeci, me gusta viajar en colectivo, no 10 minutos, sino hora, hora y media. Y cuando llego a destino digo "ya me tengo que bajar, ¿por qué no seguir andando y observando, que tanto me gusta." Un día como hoy me gustaría estar viajando. A dónde sea. Sobre todo cuando el colectivo toma la autopista.
También es el constante comparar entre el afuera y el adentro. Los personajes que abordan, y el preguntarse qué sera de su vida, qué estará pensando, a dónde va, el especular.
Obviamente el viajar va acompañado del escuchar. Hablo de música. ¿Cómo observo con tal o cual canción? ¿Qué ambiente creo? ¿Estoy triste o estoy feliz? ¿Extraño algo o a alguien en particular? ¿Qué me recuerda lo que observo?
Me gustaría retratar muchas escenas. La música al viajar crea un propio videoclip. Y yo soy director y actriz a la vez; la protagonista de mi viedoclip, de mi viaje. Y mis ojos mi cámara.


Ya está, me saqué las ganas.

Cuando no sabía que decir, o sí.

- ¿Qué tengo ganas de decir?

- ¿Qué?

- Eso, ¿qué tengo ganas de decir?

- No sé.

- ¡Decime!

- No... porque no sé.

- Sí sabés, pero no querés.

- Uf... sos tan cargosa que me dan ganas de escupirte.

Cuando no tenía tiempo

- ¿A dónde se fue? ¿Quién me la arrebató?

- El tiempo que ya no tienes.

- Uh... odio al tiempo.

- Sí, yo también.

Gotera

Final inimaginable.
De la nada al rebalsar.
Las gotas que caían al vaso se unieron de forma tan perfecta!
Que, ¡mira!,
nadie puede creer el océano que emana de tu casa.

Alegría de una vez

Las extraño tanto
que me dan ganas de vomitar.

Sin título

Sentirte el cuerpo
y encontrar las respuestas
a todos mis interrogantes.

Bajo nivel

La mirada virgen.
La belleza en lo cotidiano.
Lo maravilloso de la simplicidad y el fresco de la pureza. Cristalina, suave.
El tiempo corre, algunos avanzan y otros se estancan.
Lo volátil y lo pesado.
El paraíso en la vereda.

Por ese palpitar

Y ahora mi rostro se empapa de lágrimas esclavas de un poema cruel y real. La voz penetra y obliga a mi llanto explotar. Recuerda y reprocha que es mi historia la que está cantando.

Dedicación

Te prefiero pobre.

Pobre, pero mío.